La alegría de los días festivos suele ser acompañado por un incremento en el nivel de estrés. El tiempo adicional con la familia, la sobrecarga de su horario, los cambios en la rutina, y la presión comercial de la temporada navideña, pueden ser abrumadores. Como proveedores de cuidado, podríamos encontrarnos reaccionando en vez de actuando con anticipación a los eventos y a las personas a nuestro alrededor.
El estrés es contagioso. Si nos sentimos apresurados o irritados, es probable que nuestros niños se sientan igual. Si se desatiende, el estrés se puede acumular y tener consecuencias dañinas. En esos momentos de frustración, podemos usar la “magia común” para ayudarnos a adquirir mayor perspectiva y prevenir que los programas pequeños empeoren.
Si nos sentimos abrumados, considere el tomar una pausa y enfocar su atención en el momento presente; sencillamente presione el botón de pausa y evite reaccionar. El tomar una respiración profunda permite que el cuerpo se relaje. Esto nos ayuda a pensar de forma más clara y estar al tanto de lo que sentimos.
Viktor Frankl nos recuerda que podemos dirigir nuestra capacidad de elegir al encontrar el “espacio entre el estímulo y la reacción”. Elijamos un momento para tomarnos una pausa y generemos magia extraordinaria en esta temporada festiva.
Masten, A. S. (2014). Ordinary magic: Resilience in development. Guilford Press.
Tan, C. (2012). Search inside yourself: The unexpected path to achieving success, happiness (and world peace). New York, HarperOne.