El sonido de la risa de los niños, es comúnmente seguido por una gran sonrisa que representa la alegría. La risa es una forma de comunicación que se desarrolla antes del habla; es un lenguaje universal que aumenta nuestra inmunidad y aminora el estrés. Cuando es compartida, funciona como un multivitamínico compartido que promete establecer una conexión común entre las edades y las culturas. La risa y el humor también pueden mejorar el aprendizaje al incrementar la participación y aminorar la ansiedad durante los momentos agobiantes o frustrantes.

Los bebés comienzan a reír a los tres o cuatro meses de edad. A los ocho meses, los bebés aprenden a utilizar sus cuerpos para provocar la risa e invitar a otros para jueguen con ellos. El humor en la primera infancia es compasivo. Mientras que el chiste perfecto no es necesario, las caras chistosas, los ruidos raros, las canciones cómicas, la repetición, y el sentido por lo absurdo, seguramente causarán una impresión.

Durante el siguiente mes, los invitamos para que formen parte del “reto para encontrar su lado cómico”, al crear oportunidades diarias para compartir una risa con un niño, con un colega, con un familiar, o con un amigo. ¡Está garantizado que será deslumbrante!

Masten, A. S. (2014). Ordinary magic: Resilience in development. Guilford Press

Parent Trust (2020, 22 de junio). Infants and Laughter. https://www.parenttrust.org/2020/06/22/infants-and-laughter/

Stambor, Z. (2006, 1 de junio). How laughing leads to learning. Monitor on Psychology, 37(7). https://www.apa.org/monitor/jun06/learning