Cuando mi hijo menor tenía cinco meses, lo inscribí en Early Head Start. Rápidamente se convirtió parte de nuestra rutina semanal el que la maestra viniera a nuestra casa. Después de algunos meses, ella me dijo que había notado algunos retrasos en el desarrollo de mi bebé: él no podía pronunciar ciertos sonidos, él no podía controlar sus berrinches, y no le gustaban ciertos sonidos y texturas.
Esta noticia fue devastadora para mi esposo y para mí, pero la maestra nos consoló y nos dijo que nos enfocáramos en lo positivo para poder ayudar a nuestro bebé. Mi hijo empezó a recibir terapia ocupacional con regularidad, del habla y de comportamiento y continuó su tiempo dedicado con la maestra.
La persistencia y paciencia empezaron a generar resultados cuando mi hijo cumplió dos años y medio de edad. Él empezó a conectar sílabas, usar lenguaje de señas, y ya no lloraba tanto. Fue increíble. Él cantaba durante las visitas domiciliarias con la maestra y empezó a tener interés en libros y música. Poco a poco, demostró progreso.
La intervención temprana de Early Head Start cambió nuestras vidas. Quiero dar un agradecimiento especial a la Srta. Gabby por hacer más de lo esperado por nosotros. Estoy orgullosa de ser parte del programa de Desarrollo Infantil de Pomona USD.